Eramos dos. Reservado dia anterior. Crei que habia comedor privado, pero las mesas estan en el bar, por lo que tienes a la gente alrededor. Eso no nos gusto demasiado. Menos mal que la mesa estaba al fondo y alli habia menos gente. Nos atendieron rapido. La carta demasiado escueta. Pescado no tienen. Pedimos dos platos que compartimos.
- Chipirones encebollados con patata panadera y ajo negro. Lo mejor la cebolla. El chipiron pequeño pero poco sabroso y las patatas algunas poco hechas y arenosas. 17 euros
- Sarten de la abuela con huevos de casa, jamon iberico, picadillo, pimientos piquillo y esencia natural de trufa. Los huevos podrian ser de casa o de vete a saber. El jamon ni bien ni mal. El picadillo no sabia a nada, solo picaba un poquitin, y la esencia de trufa no la encontre por ninguna parte. Y las cuatro patatas fritas que pusieron tambien arenosas. Y el dichoso plato de la abuela 20 euros.
Bebidas: Dos copas de vino, un agua pequeña y un cafe.
El servicio y tempo platos correcto. Salimos a 24,50 e/pax, para mi gusto, caro respecto al tipo y calidad de la comida.